viernes, 28 de septiembre de 2012

USA, de película

Plano general desde un mirador del parque de Yosemite

Que grande es todo en Estados Unidos, queridos lectores. Poco a poco iréis entendiendo el porqué. Nuestra agotadora jornada empezaba en nuestra apreciada tienda del campamento de Yosemite, que a nuestro pesar hemos abandonado en el camino. El mismo desayuno de baggels y café -pinta que será todo un clásico-, nos ha puesto a punto para una nueva y soleada etapa en Yosemite. El destino era el sur del parque: la región de Mariposa Groove, famosa por albergar secuoyas más altas que la mismísima estatua de la libertad.

Ciervo paseándose como si no pasara nada
Antes de ello, Georgi ha retratado en primer plano un precioso ciervo, y desde un mirador hemos tomado bellísimas instantáneas del paisaje. Una maravilla de la naturaleza. Tras un buen trozo de curvas -da gusto tomarlas con el coche automático, te olvidas de las marchas- nos plantamos en nuestro destino matutino. La cosa ha sido darnos una vueltecilla, tomar las clásicas fotos de rigor entre un buen puñado de turistas y poco más. Suficiente tras el trote de ayer, que las piernas aún andan cargadas.


 

El siguiente tramo era casi nada: unas ocho horas hasta el Gran Canyon. Obviamente, del tirón era imposible. Tocaba recorrer millas y millas en línea recta, certificando aún más los tópicos vistos en el cine: rancheras, camiones, furgonetas y autocaravanas de alta gama, anuncios de fast food -en especial burguers- por todos lados, ranchos, gordos, gordas y una calda que da gusto. Para meter a tuti en el papel, la he llevado a comer a un mítico Taco Bell, uno de mis enclaves favoritos en mis visitas infantiles a los Estados Unidos. Ciertamente, no le ha gustado un pelo, pero bueno. Tocaba probarlo. Ah, también hemos entrado en un mega-ultra-supermercado, dónde todo es gigante, insano y poco apetitoso. Por haber, hay hasta Coca-cola de vainilla (grrr....).

Pedir un café también es una odisea: les has de señalar y especificar que quieres un espresso pequeño con algo de leche, de lo contrario te vas con una litrona entre tus manos que no te la acabas ni en una semana. Por suerte, muchos dependientes hablan castellano, pues esto está a petar de latinos. Después, más millas entre la nada, en línea recta, sin llegar a ver el fin jamás. Como dato curioso, en plena zona desértica nos ha coincidido la luna llena delante y el sol poniéndose detrás, una auténtica belleza.

Llegando al motel tras una larga ruta de carretera
Sobre las ocho, y viendo que el siguiente lugar para dormir era Las Vegas y estábamos a unos 300 km., hemos decidido hacer un “stop 'n' go” en un Motel de carretera de camino. Hemos escogido el más mítico, de dos pisos, como los que vemos en todas las pelis de serie B yankis. Parece como si hubiéramos estado aquí toda la vida, de verdad. El sitio está regentado por una familia de hindúes y la recepción pega un tufo a curri que no veas. Eso si, la habitación está de lujo, la cama es ancha, tenemos aire y por la tele dan los pormenores de la campaña electoral norteamericana. Para cenar, nos hemos zampado unas frutas de subsistencia, que van bien en un entorno tan cargada de comida basura.

Mañana al mediodía está prevista nuestra llegada al Gran Canyon del Colorado, que pinta estupendamente bien. Al final, nos dejamos Las Vegas para el lunes, que se ve que entre semana es más barato hospedarse. Veremos que depara la tierra de los indios nativos. Se prevén buenas fotos. Paz para todos!

1 comentario:

  1. Qué lindo todo Ofer! Cuando llegues al Gran Canyon no dejes de pensar en Thelma y Louise. si podés publicá más fotos. Abrazo grande

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